Una anécdota siberiana

lunes, 22 de marzo de 2010 18:58 By rosa maria , In

Me han contado una anécdota, y ella confirma una vez más el modo de ser que caracteriza al jijonenco, siempre personaje viajero y bohemio que heredó de sus antepasados ese espíritu aventurero, emprendedor y trabajador, sin preocupar le ni importarle ir al Norte, al Sur, al Este, o al Oeste.
Se asegura que en los primeros días de un mes de diciembre, un camión, con unos letreros que indicaban " Turrones y dulces de Jijona" llegó a un poblado de Siberia.
De su parte trasera se abrieron sus maderas y, al instante quedó a la vista la tienda repleta de toda variedad de turrones.
Su primer cliente no se hizo esperar, un ruso calzado de botas guantes y gorro, elegía un poco de cada clase, el vendedor satisfecho por su compra, sonreía complacido al comprador, que le preguntaba:
-¿Cuánto tiempo estará por aquí?
Atento el comerciante, le contesta.
- Hasta Navidad, Año Nuevo quizá hasta la Candelaria..
El ruso, que ha puesto cara de asombro y sorpresa, le habla, mientras sus manos se mueven nerviosas, apretando sus dedos protegidos por sus guantes.
¿pero a usted no le asusta el mucho, pero muchísimo frío que hace aquí cerca de la tundra?
Terminando de empacar los dulces, el vendedor le mira sonriendo y le dice.
- Mire, amigo per a fred Xixona.

1 comentarios:

rosa maria dijo...

me gustado mucho, continua en esa linea

22 de marzo de 2010, 19:27

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